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13,60 €Vivimos en un mundo lleno de enfermedades, de miserias, de guerras, de injusticias Hoy, más que nunca, hace falta una buena dosis de Romanticismo. Esta corriente, tan necesaria y tan denostada por tantos, se originó tras una profunda crisis social e ideológica, con la idea de que la razón no era suficiente para explicar esa dura existencia, que es repudiada de plano. Se enfatizan la subjetividad y las emociones. El autor romántico buscaba escapar de la realidad inmediata que lo abrumaba y lo angustiaba. Por eso, las obras suelen representar tiempos pasados se idealizan épocas anteriores o lugares lejanos. El artista se refugiaba en s¡ mismo y se aislaba de la sociedad: era un genio incomprendido, de vida atormentada. El carácter on¡rico también tiene su protagonismo: el movimiento expone situaciones relativas a los sue?os, las pesadillas y las fantas¡as. Nos muestra trances en los que la imaginación se libera del sentido de la razón, incluso a través de contenidos tabúes, oscuros y satánicos. Es en este caldo de cultivo donde nacen los Sonetos desesperados. En ellos se respira un poso de amargura y desespera