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23,75 €Edith Södergran pasó casi toda su vida en un pueblecito llamado Ráivola -residencia de verano de la intelligentsia de San Petersburgo- situado en la frontera con Finlandia. Allà se perdió en ensoñaciones de crepúsculos violeta, flores de otoño y jardines melancólicos, mientras se consagraba a la mudez, al vacÃo y a un dios Ãntimo:«Seré durante mi vida entera una mujer silenciosa».También allà enfermó de tuberculosis y compuso poemas intimistas y románticos, de fuertes reflejos simbolistas y nietzscheanos, que después de su muerte pasarÃan a ser leÃdos con el oculto fervor que Borges reservaba a la lectura de los clásicos.