Sean Lally encarna la figura de un fugitivo, un nómada condenado al castigo de una vida errante. Sin hogar, sin pareja, sin amigos. Deambula sin destino, en constante alerta. Siempre atento, siempre vigilante. Cada pocos días debe mudarse a un lugar diferente. Tan solo huye. En permanente movimiento, tratando de pasar desapercibido, de ocultar su estela. Le buscan, y le matarán sin piedad si son capaces de encontrarle. Este joven irlandés, cuyo único objetivo consiste en escapar de sus perseguidores, rememora durante su peregrinar la azarosa existencia que le ha llevado a esta penosa situación. Desde las venturas y desventuras de su juventud en un pequeño pueblo cercano a Dublín, pasando por las circunstancias que le condujeron a abandonar su isla natal, su participación en el tenebroso mundo del juego on line, del póker, y de las mafias del lujo y la prostitución para millonarios, hasta la catarsis que le obligó a emprender la perpetua evasión en la que se limita a intentar sobrevivir un día más. Pero nada en este mundo es inmutable, por más que a veces pueda parecerlo. De pronto surge el factor inesperado que agita su coctelera, y Sean no puede seguir escondiéndose. Debe encontrar una solución, y para ello se verá obligado a recurrir a los fantasmas más oscuros y olvidados de su pasado. Tendrá que jugarse el todo por el todo, porque limitarse a seguir corriendo para mantener la integridad del hilo del que pende su supervivencia ha dejado de ser una opción.
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