Son como golpes dulces que tocan la puerta del cerebro y te dicen ¿estás en condiciones de aprender más, de cuidar más, de sentir más y de amar más? De repente, te paras, lees uno de los cincuenta latidos y dices ya lo tengo y, como si fuera magia (dicen que la autora es un hada, por lo que no me extrañaría que todo fuera consecuencia de algún encantamiento), sientes que el latido que has leído llama de nuevo a tu puerta, a la del alma en este caso, para recordarte que siempre existe una alternativa para crecer como ser especial que eres, o ¿es que todavía tienes alguna duda que 50 Latidos te hará mejor?, ¿y que cambiará formas de pensar, actuar, reflexionar, cuidar y hasta de amar? Así, se nos presenta Ana Peinado en su nueva obra, encantándonos a base de latidos...
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